jueves, 29 de diciembre de 2016

Cuento breve de Felisberto Hernández: La envenenada



Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hemández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral. 
Roberto Bolaño, "Consejos sobre el arte de escribir cuentos" 


Cuento de Felisberto Hernández: La envenenada

En uno de los barrios de los suburbios de una gran ciudad, uno de los literatos no tenía asunto. Esto le pasó desde el 24 de agosto por la tarde —en la mañana había terminado un cuento— hasta el 11 de octubre, también por la tarde. En la mañana del 11, el día le amenazaba con normalidad: como uno de los tantos días él estaba encerrado en su casa y no tenía ganas de salir; se paseaba por toda su pequeña casa, a grandes pasos y a profundos pensamientos; quería atacar algún asunto, porque ningún asunto venía hacia él; al mismo tiempo que sus piernas se le cansaban y se le ponían pesadas, sentía angustia con pesimismo; pero se acostaba un rato y, a medida que sus piernas descansaban, la angustia con pesimismo se le iba.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Seguimos en el blog Narrativa Breve, que está más activo que nunca.




Hola a todos.

Os recuerdo que este blog está prácticamente inactivo, pero sigo trabajando en Narrativa Breve, más vigente que nunca. Ya son miles de cuentos los que podéis leer en este blog, además de microrrelatos, entrevistas, artículos sobre corrección de estilos, curiosidades literarias, etcétera. 

Al final de cada post en Narrativa Breve tenéis la posibilidad de suscribiros para recibir las novedades del blog. 

Os comunico además que tengo otros proyectos en marcha: Corrección y Estilo, Literatura.fm, Libros.fm y Grandes Libros

¡Gracias por todo!

Un saludo

Francisco

lunes, 25 de enero de 2016

Cuento de Francisco Rodríguez Criado: Una noche con Jack Kerouac



Beatniks. Fuente de la imagen

 

Cuento de Francisco Rodríguez Criado: Una noche con Jack Kerouac


El sol se había ocultado ya. No importaba: nos contentábamos con el brillo de las luces de neón de mil y un bares, la brisa del mar y un tímido airecillo que nos despeinaba burlonamente. Atrás quedaba el siniestro y oscuro tumulto del Black Mask, donde el tenso ambiente de borrachos, chulos, viejos y busconas jugueteaba con el impetuoso humo que asfixiaba el local.
–¿Lo viste? Es el mejor. No hay duda. ¿Viste cómo su boca, sus pulmones, su corazón, no eran más que una prolongación de ese loco e indómito saxo? ¿Lo viste o no, sucio borracho?